A lo largo de la colección completa, pero particularmente dentro de secciones específicas de cada libro, se evidencian diferencias léxicas, estilísticas, narraciones contadas más de una vez, etc. El ejemplo clásico lo constituye el hecho de que en ciertas partes del texto se llama a Dios con un nombre distinto al que se usa en otras (la célebre dicotomía entre las tradiciones yahvista y eloísta). Si se usa uno de ellos, el otro no se menciona jamás. Los dos nombres de Dios no se mezclan nunca, a lo largo de ninguno de los cinco libros. Esto hace pensar que los autores fueron más de uno, que conocían a la deidad por apelativos distintos. Según esta hipótesis su a
A principios del siglo XX, la Iglesia Católica quiso zanjar la discusión encomendando a sus teólogos el análisis y evaluación de los argumentos en pro y en contra de la autoría mosaica del Pentateuco.
La Comisión Bíblica así formada publicó sus conclusiones en 1906, las cuales dicen que, si bien queda margen para la duda, los argumentos contra Moisés no son convincentes. Por lo tanto, la postura oficial del catolicismo es que el Pentateuco es sustancialmente obra de Moisés.
ntigüedad variaría según las fuentes entre los años 950 y 400 a. C.